Por Sara Fernández
¡Venceré! Así, al mejor estilo Vincero de Nessum Dorma, comienza el videoclip de “Prejuicio”, el single con el que la soprano cordobesa Mili Cánepa decidió hacerle frente al qué dirán uniendo la lírica y el pop. “Que si estás flaca, que si estás gorda, la falda es larga, la falda es corta”, canta en un pegadizo estribillo, rodeada de muchas y muy diversas mujeres. Ésta es su historia.
-¿Cómo fue tu infancia?
-Nada fácil. Crecí en un pueblo alejado y chiquito, sola con mi mamá. Ella había perdido a su familia en un accidente muy trágico: su madre, su padre y su hermana. Mi papá estuvo ausente toda mi niñez y mi mamá trabajaba todo el día, tuve muchos padres, así que todo lo que aprendí fue en la calle.
Fue difícil estar lejos de la familia que nos había quedado y construir mis valores. Siempre fui muy independiente. Mi primer trabajo fue a los 12 años, en un club donde enseñaba tenis para poder comprarme mi raqueta y pagar la cuota mensual.
-En la adolescencia estudiaste canto y te perfeccionaste como soprano lírica. ¿Cómo viviste esa etapa de transición acompañada de la música?
-No encontraba un rumbo en mi vida, era muy solitaria. Necesitaba algo que me hiciera bien y siempre me sentí atraída por lo artístico porque vengo de una familia de músicos. Mi abuelo, Pablo Pipo Cánepa (el que falleció en el accidente), había dejado una huella en nosotros de la ópera y la música clásica, entonces decidí emprender mis estudios.